Descripción del proyecto

Descripción del proyecto

Castilla y León es una región caracterizada por su gran extensión geográfica y por su economía de relevante carácter agrícola, ganadero y medio ambiental.  El clima constituye uno de los principales factores de producción agraria junto con el suelo y las prácticas culturales desarrolladas por los agricultores. El mejor conocimiento de este elemento y de sus fenómenos asociados característicos de Castilla y León, puede aportar una información básica que permita un mejor desarrollo sostenible de la agricultura de la Comunidad. Este hecho ha motivado la creación del Atlas Agroclimático de esta región.

El resultado final es un compendio de mapas y gráficos que no  pretende ser un estudio exhaustivo de cada una de las variables, sino una vista global de las mismas definiendo el marco agroclimático de la región de Castilla y León. Los mapas describen el clima de la región a lo largo de todas las estaciones del año mediante las principales variables climáticas (temperatura, precipitación, viento y radiación) e índices derivados de especial interés agrícola (evapotranspiración, periodos libres de heladas...). Como complemento se incluyen mapas de actividad agrícola, explotaciones ganaderas, industrias agroalimentarias, indicaciones geográficas de productos característicos de cada zona y la bioenergía, así como mapas edafológicos y de cobertura del suelo junto con la hidrografía.

Mapas climáticos

Mapas climáticos

Los mapas climatológicos se han generado a partir de series temporales de registros procedentes de las bases de datos climáticas de AEMET. Tanto AEMET como el ITACyL disponen de redes de estaciones de observación meteorológica y de sistemas de teledetección.

Según la OMM (Organización Meteorológica Mundial) el periodo mínimo idóneo para un análisis de datos climáticos comprende un intervalo de treinta años. Para la elaboración de los mapas climáticos del Atlas se ha decidido tomar el último treintenio, 1981-2010, más cercano a la fecha actual (año 2013)  Con el fin de asegurar que todo el territorio de Castilla y León dispusiera de datos suficientes para cubrir toda su superficie y elaborar mapas equiparados a la realidad, se ha recurrido a las estaciones disponibles dentro de la región y se ha apoyado el cálculo con otras contiguas que se encuentran fuera del marco de la Comunidad.  En el caso de la temperatura media mensual, se utilizaron los datos de un total de 450 estaciones, de las cuales 190 están dentro del territorio de Castilla y león y para las precipitaciones se usaron 977, de las que 560 están dentro de la Comunidad.

Hay que tener en cuenta que se pretende elaborar mapas climáticos continuos a partir de valores discretos localizados en la ubicación de las estaciones disponibles. Las estaciones tienen una distribución espacial  irregular en el territorio de Castilla y León. A su vez, existe el problema relativo a la cantidad y la calidad de los datos, ya que no todas las estaciones han existido simultáneamente y no siempre se tienen datos almacenados con la regularidad deseada.

El problema se aborda en dos fases. En principio, se estudia la calidad de las series de temperaturas y precipitación, y, a partir de ellas, se infieren los datos que faltan (relleno y homogeneización de la serie). En segundo lugar, se intenta obtener un conjunto de datos con una distribución homogénea en el espacio a partir de los existentes. Para explicar la variabilidad de las variables climáticas y obtener un valor en puntos donde no exista información, se utilizan las herramientas de los sistemas de información geográfica y el análisis estadístico.

Mapas Agrarios

Mapas Agrarios

En la creación de este conjunto de mapas se ha recurrido a la información estadística y registros agrarios disponibles en la Consejería de Agricultura y Ganadería. Para su elaboración se han seguido dos estrategias en función de la naturaleza del dato; si el mapa era de tipo ráster, representado por píxeles continuos en el territorio, o si era tipo vectorial en el que se muestran simplemente los datos del municipio.

Para los mapas ráster se ha usado una función de densidad suavizada con Kernel. Esta función busca en cada píxel de la imagen y en un radio de 15 km a la redonda todos los puntos que contienen el fenómeno a cartografiar, el cual es ponderado por el valor de la magnitud a representar. Seguidamente se acumula el valor de todos los fenómenos dentro del radio de búsqueda normalizándolo por unidad de superficie. 

Para los mapas vectoriales, en los que se representan los datos para cada municipio, el proceso ha sido muy sencillo: los resúmenes estadísticos municipales procedentes de la estadística de superficies de cultivos de la Consejería de Agricultura y Ganadería han sido asignados a cada polígono de término municipal procedente de la cartografía oficial del Instituto Geográfico Nacional de España (IGN). Con el objeto de eliminar las diferencias debidas al tamaño entre ellos, los valores han sido normalizados por la superficie geográfica de todo el municipio expresando los valores en tanto por ciento.